Esta vez fuimos invitados a un lugar lleno de cultura, conocimiento e historia por todos lados, visitamos a la increíble gente de Guanajuato, capital cervantina de Latinoamérica, El hecho más remarcado por la historia estatal y nacional, fue el ocurrido la madrugada del 16 de septiembre de 1810. En un pequeño pueblo de Los Altos, llamado Dolores (hoy Dolores Hidalgo, Cuna de la Independencia Nacional), donde el cura Miguel Hidalgo y sus colegas independentistas se levantaron en armas contra el régimen virreinal, lanzando el famoso Grito de Dolores.
Es notable el Bajío Guanajuatense conformado por llanuras que resaltan altas sierras donde estas fueron las protagonistas de una auténtica aventura.
Remontemos a la cita… esta fue a las 12 del día, cielo azul, bastante sol y demasiados Jeeps, el escenario perfecto para encontrar el camino a la diversión.
En un principio las rutas se dividirían en 3: stocks, semi-modificados y modificados.
Después acordaron que los jeeps modificados y los semi-modificados rodarían una sola ruta, esto porque las lluvias no permitieron que siguiéramos el plan original, sin embargo eso no afecto en lo absoluto el espirito aventurero ya que había mucha participación por parte de los jeeperos, desde novatos, hasta los más experimentados, a la cita también acudieron cuatrimotos, y algo difícil de ignorar es que la mayoría eran piloteadas por mujeres, lo cual lo hace aún más encantador. La ruta fue pequeña, pero intensa, llena de mucho lodo y piedras, el primer paso fue atravesar un rio con corriente, lo cual implico un reto para los novatos ya que alguno de ellos se quedaron varados, razón por la cual el grupo comenzó a dividirse de manera inesperada e impredecible, pero con todo y la división, el fulgor de los paisajes, y lo arriscado de las veredas (bastante estrechas), lograba pintar una sonrisa en los rostros de todos los presentes, sea esta por nervio o emoción , y es que como no hacerlo si además de esos brillantes paisajes y esas arriesgadas veredas teníamos a Hidraulico y su Capitán America, porque cada que uno de los jeeperos quedaba atascado venia el equipo técnico al rescate, y tan heroico era esta dupla que dentro de la travesía, ayudamos a sacar un camión de carga que se encontraba atascado, a lo cual de inmediato dos jeeps uno amarrado del otro cual elefantes, lograron una increíble hazaña, rescatar el camión con todo y carga, porque de lo contrario el camión tendría que descargar más de la mitad de su contenido para poder moverlo, pero eso no fue necesario ya que los jeep y sus pilotos nos dieron una prueba más de cual poderosos son .
Conforme iban pasando los kilómetros de la ruta, los pasos se complicaban cada vez más, en el rio donde la corriente fluía con naturalidad tenías que hacer gala de tu expertis de jeepero aventurero y cruzar sin complicación, de lo contrario te verías parado a mitad del rio sin posibilidad de moverte como le paso a un de nuestros amigos que pese a su valentía e inagotables ganas de cruzar, sus múltiples intentos fueron en vano, así que entro en acción la camaderia y con ayuda de una eslinga pudimos hacer otra hazaña, nótese que esta ruta estuvo llena de atascos, lodo, agua, arena, piedras ,atascos, y castillos… si castillos! Olvide mencionar que uno de los increíbles paisajes fue pasar junto a las ruinas de un castillo, y quiero imaginar que la conmoción de ese momento fue causante de la extinción de gasolina en uno de los jeeps, y la pérdida de clutch en otro, y es que no cabe duda que esta ”Pequeña” ruta, que fue más grande de lo que todos imaginaban, tuvo de todo , aventura al por mayor, hazañas inimaginables con El Capitan America y Hulk (quien cuido en todo momento las espaldas de los jeeps) paisajes memorables, pero sobre todo deja un bello recuerdo y una historia que contar.
La convivencia quizás es uno de los momentos más esperados de toda la ruta, después de la aventura y las intrépidas travesías, todos estaban ansiosos por contar sus historia y claro por comer y beber un poco y que mejor si este festín espera ya listo a la llegada de todos los jeeperos, que poco a poco entre comida y bebidas, anécdotas y risas fueron dispersándose para acudir a las ya famosas callejoneadas de Guanajuato, y es que como un jeepero tiene que hacer lo que un buen jeepero tiene que hacer, estar listo para la siguiente aventura.
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